A todos nos ha pasado alguna vez que, al intentar crear algo que sea novedoso, ingenioso, creativo…¡algo grande!

Lo único que se te ocurra sea esto:

Creatividad

LA NADA.

Ni siquiera una idea inicial sobre la que partir y desarrollar.

Si es un proyecto personal, al que simplemente dedicas tu tiempo libre, siempre puedes dejarlo para otro momento.

Pero si tu trabajo consiste en diseñar o crear usando la originalidad, estás jodido.

Tu tiempo es limitado (lo tienes que tener terminado para antes de ayer) y no puedes dejarlo para luego, tienes un problema de los gordos.

No seas duro contigo mismo, no es tu culpa, es que la inspiración no está contigo.

La inspiración, esa escurridiza rompecorazones que te abandona cuando más la necesitas.

Cuando no está todo es triste y gris, no piensas con claridad, directamente hay veces que ni piensas, tu cerebro está en Stand by.

No es una sensación agradable, sientes impotencia y piensas:

-¿Qué me pasa? ¿Con lo ingenioso que yo soy? ¿Me estaré volviendo idiota por momentos?

Está claro que no es tu mejor momento.

Pero, ¿qué ocurre cuando la inspiración nos acompaña?

Entonces aparece la magia.

Todo fluye, las ideas salen disparadas como en un volcán.

Tu cerebro es un Fórmula 1 que no necesita pasar por boxes.

La inspiración se puede asemejar a la adrenalina, te permite hacer cosas increíbles que en un estado normal no podrías.

Creatividad

Le da igual si trabajas en algo alegre, como en una canción para un anuncio de cereales. O si, por el contrario, trabajas en algo triste, como en un cuadro de un cementerio en el que aparecen los familiares llorando a un ser querido.

En los dos casos, con su compañía, puede surgir algo extraordinario.

La inspiración es algo positivo, aunque al crear la uses para algo negativo.

La inspiración hay que ganársela

La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando.

Pablo Picasso

Claro está, que no va ha venir mientras te echas una siesta. Tu mente debe estar activa, en movimiento, pon en marcha tu cerebro, esfuérzate un poco para atraerla.

Si con esto no tienes suerte, hay maneras de forzarla a venir (pero siempre con cariño).

¿Cómo?

Viendo trabajos de otras personas te ayudará, sobre todo si esas personas lo hacen mejor que tú.

Antes de cada proyecto me gusta curiosear por internet en busca de trabajos que me sorprendan y me estimulen, aunque no tengan nada que ver con lo que esté a punto de hacer.

Y no tiene que ser únicamente en internet, ver una película u ojear el catálogo de IKEA, por ejemplo, pueden ser buenas formas de inspirarte, y si procuras hacer cosas a las que no estas acostumbrado o se salen de tu zona de confort mejor que mejor.

Inspirarse es una parte fundamental del proceso creativo y te lo tienes que tomar en serio, no pienses ni por un segundo en que es una pérdida de tiempo, ni siquiera cuando tengas claro lo que quieres hacer.

Tomarte un tiempo para inspirarte puede ayudarte a ver tu trabajo desde otro punto de vista y así, quizás, poder abordarlo de una mejor forma.

Cada diseñador tiene sus propios medios para inspirarse que ha ido puliendo con el tiempo y sus propias páginas web para obtener ideas o conceptos de trabajos ajenos.

Y por supuesto, yo tengo los míos, y tras hacer una pequeña selección de los mejores para mí, los comparto contigo:

  • Designspiration: Mi favorito sin ninguna duda. Diseños increíbles y muy profesionales. Personalmente, cada vez que entro aquí, salgo lleno de ideas y con muchas ganas de diseñar.
  • Dribble: Es un espacio para enseñar y defender tus trabajos.
  • Behance: También es un sitio que me encanta, me he encontrado con trabajos muy interesantes.
  • Awwwards: Las mejores páginas web de todo el mundo. Es una buena forma de inspirarse, y no sólo para el diseño web.
  • Httpster: Es una selección de webs con un buen diseño. Lo que más me gusta de este sitio es la distribución de las páginas por categorías (por tipo y por estilo).
  • Logopond: Ejemplos de logos reales e inventados por los creadores. Siempre que tengo que diseñar un logo me doy un paseo primero por aquí.

Y te dejo algunos más para que investigues un poco por tu cuenta (con la esperanza de que me cuentes luego en los comentarios cuál es la que más te ha gustado o si tienes alguna nueva que quieras compartir):

Inspiración o copia

El plagio o la copia, la hermana malvada de la inspiración, caminan peligrosamente cerca y sin darte ni cuenta puedes darte de bruces con ella. Y es una de las peores experiencias que puedes tener como diseñador (por no decir la peor).

Creatividad

Todos los creativos vivimos con ese miedo: haber creado algo que ya exista y te tachen de copión.

Pero es inevitable, aprendemos por imitación, es realmente imposible crear algo único y original sin que se parezca, aunque sea en parte, a algo que ya hizo otro.

“El secreto de la creatividad es saber esconder las fuentes”

Albert Einstein

Esto les pasa tanto a los principiantes como a los más grandes, como el caso del diseño del logotipo para las Olimpiadas de Tokio del 2020.

El diseñador japonés Kenjiro Sano fue el encargado de crear el logo que, casualmente o no, era muy similar a otro creado por el Belga Olivier Debie para el Théâtre de Liège.

En resumen, el japonés tuvo que retirar su diseño.

logo-Tokio-2020

Copia inconsciente

Todos tenemos que asumir que nos puede pasar en algún momento, la copia inconsciente es muy real.

Cuando vemos un trabajo que nos fascina se nos queda grabado en la cabeza (también pasa con los que no nos gustan) e inconscientemente puede que lo plagiemos parcial o incluso completamente.

Creatividad

Que conste que no defiendo la copia, ni mucho menos, solo digo que puede pasar.

Puede pasar incluso cuando no te has visto influenciado por otro, aunque no lo hayas visto en tu vida, puede que lo hagas exactamente igual, simplemente por pura casualidad.

Puedes pensar:

-«Demasiada coincidencia.»

Pero créeme, pasa. Y lo sé por propia experiencia.

Hace unos años tuve que diseñar un logotipo en el que me dejaron vía libre para hacer lo que quisiera dentro de unas simples indicaciones.

Cuando estuvo terminado quedé muy satisfecho con mi trabajo y, por supuesto, no tenía ninguna duda de que era algo único que no se había hecho nunca antes.

Cuando un simpático y atento colega de profesión (anónimo) se dio cuenta de que había otro logotipo exactamente igual y me lo hizo saber.

Me enseñó el diseño que yo había “plagiado” y muy a mi pesar tuve que retirarlo.

Recuerdo esta anécdota como una mala experiencia que espero que no se vuelva a repetir, y puesto que no hay manera de ver todos los diseños que existen en el mundo, para no copiarlos, sólo nos queda cruzar los dedos.

Conclusión

En esta entrada hablo de la inspiración como alguien que te visita cuando le viene en gana y que no podemos controlar (claramente es sólo una forma de hablar), pero en realidad es algo que viene de dentro, lo generamos nosotros y aflora cuando realmente creemos en lo que estamos haciendo y nos sentimos motivados para crear algo increíble.

[soy_xabi]